En esta ocasión le toca el turno de análisis al Xiaomi Mi 11i, uno de los últimos móviles que la firma china ha presentado a lo largo de este año. Se trata de un dispositivo de la gama más alta que destaca por ser un terminal de pantalla plana. ¿Quieres algo más detallado? Pues sígueme a continuación.
Diseño
Como ya es habitual primeramente les estaré hablando sobre el diseño. Dicho esto, se puede comenzar diciendo que el Mi 11i es un dispositivo que, a pesar de lo que pueda parecer, está hecho de plástico. Posee una trasera que se puede prestar a resbalarse mucho y llenarse de huellas con facilidad.
En la misma parte trasera se encuentra el nombre de la marca, el logo de 5G y el módulo de la cámara, que puede ser de todo menos pequeño. Dicho módulo tiene un grosor generoso y es enorme. Este aloja las cámaras que ofrece el terminal, un altavoz y, en el escalón inferior, el flash LED de doble tono.
Algo un poco inquietante es que como ya había mencionado el módulo al ser algo grueso, provoca que el móvil se tambalee en exceso. Si dejamos el teléfono con la pantalla hacia arriba y le damos golpes suaves en las esquinas esto provoca que «baile» muchísimo. Pero bueno tanto esto último, como los resbalones y las huellas marcadas se puede solucionar al utilizar una funda y problema resuelto, así que no es nada para alarmarse.
En la parte derecha se encuentran los botones de volumen, así como el botón de encendido que es, a su vez, el lector de huellas. Permitiendo desbloquear el teléfono fácilmente. Por otro lado, la parte izquierda queda completamente libre, la inferior aloja el puerto USB tipo C, la bandeja para la SIM y uno de los altavoces y la superior, es el hogar del sensor infrarrojos y los otros altavoces que componen el sistema de sonido estéreo del smartphone.
El Xiaomi Mi 11i pesa 196 gramos y tiene un grosor de 7,8 milímetros. Se siente pesado en mano y, además, no está del todo bien equilibrado, ya que el módulo de la cámara hace que el peso se desplace hacia la zona superior.
Uno de los puntos mas llamativos del teléfono es la pantalla que es absolutamente plana donde los bordes no molestan lo más mínimo y Xiaomi ha conseguido aprovecharlos bastante bien.
Cuenta con un panel AMOLED de 6,67 pulgadas con resolución FullHD+ (2.400 x 1.080 píxeles) esto se traduce en una densidad de 395 píxeles por pulgada. No es 2K ni 4K, pero ni falta que hace. Por otro lado también cuenta con HDR10+ y 120 Hz de tasa de refresco adaptativa. ¿Qué quiere decir eso? Pues que la tasa de refresco se adapta al contenido que se esté viendo. No tiene sentido que la pantalla de refresco sea de 120 cuando se vea un vídeo a 25, 30 o 60 FPS porque sería derrochar batería sin necesidad, y precisamente la batería no es el punto fuerte del móvil.
Un aspecto a destacar es que el Xiaomi Mi 11i no tiene jack de auriculares, pero la compañía china no se ha olvidado de los usuarios que siguen usando cables, así que ha incluido un adaptador jack de 3,5 mm a USB tipo C.
Rendimiento
Por otro lado refiriéndonos al rendimiento, este smatphone cuenta con el Snapdragon 888 de Qualcomm para la gama alta, además de 8 GB de memoria RAM LPDDR5 y 256 GB de almacenamiento interno.
Ofrece dos opciones de desbloqueo, el reconocimiento facial en dos dimensiones, esto quiere decir que funciona muy bien a plena luz del día pero no cuando estemos a oscuras y el lector de huellas lateral (índice si somos zurdos y pulgar si somos diestros).
Este terminal llega con MIUI 12.0.6 sobre Android 11 el cual nos permite personalizar casi cualquier rincón del terminal, además de hacer uso de conectividad 5G, LTE, WiFi 6, Bluetooth, NFC.
La autonomía paga el precio
Ahora sí, hablando de la batería, era de esperarse que al tener unas prestaciones premium y una pantalla de semejante tasa de refresco acaba afectando a la autonomía final.
Con los 120 Hz activados en todo momento el dispositivo es capaz de ofrecer entre cinco y seis horas de pantalla activa. Como decía anteriormente, los 120 Hz cambian según el contenido, por lo que no siempre se usa esa tasa de refresco (al ver vídeos de Netflix, por ejemplo). Algo muy positivo es el consumo en reposo, que es muy bajo, por lo que no es preocupante dejar el teléfono sin cargar por la noche con un 30% de batería.
Como ya es habitual he dejado a la cámara para casi el final. No es la primera vez que Xiaomi apuesta por las cámaras de 108 megapíxeles. Como era de esperar, el Xiaomi Mi 11i monta un sensor de esta resolución y el módulo de cámaras queda de la siguiente forma:
- Sensor principal de 1/1,52 pulgadas de 108 megapíxeles con apertura f/1.8, distancia focal equivalente a 26 mm, píxeles de 0,7 micras y PDAF.
- Gran angular de ocho megapíxeles con apertura f/2.2 y 119º de campo de visión.
- Macro de 1/5 pulgadas y cinco megapíxeles con apertura f/2.5, distancia focal de 50 mm y píxeles de 1,12 micras.
- Sensor delantero de 1/3,4 pulgadas y 20 megapíxeles con apertura f/2.5 y píxeles de 0,8 micras.
El dispositivo mantiene la grabación en 8K a 30 FPS y en 4K a 60 FPS, siempre y cuando no activemos el modo HDR, que reduce la tasa de fotogramas a 30 FPS y desactiva la resolución 8K.
Una de las carencias de este terminal es que no tiene telefoto. Xiaomi ha preferido montar un macro y un gran angular y ha dejado caer esta lente que tanto suele gustar. No obstante, el dispositivo permite hacer hasta 10 aumentos digitales, lo que supone una reducción significativa de la nitidez. Si se mantiene el zoom en dos aumentos el resultado es bueno, en la línea de las imágenes tomadas con el sensor principal. Al fin y al cabo, es un sensor de 108 megapíxeles y eso da cierta versatilidad para hacer pequeñas ampliaciones sin mayor problema.
En resumen es un dispositivo que destaca como ya lo hacen el resto de dispositivos de Xiaomi. Es un gama alta y como tal se comporta, aunque no enamore su batería y por otro lado no tenga carga inalámbrica. En pocas palabras, es un terminal que se sabe defender con soltura. ¿Para qué púbico es? Para todos aquellos que busquen un buen móvil por menos de 700 euros y que no quieran tener un dispositivo con pantalla curva.